Uadi o Wadi (el-uadi, الوادي, uad واد), es un vocablo de origen árabe utilizado para denominar los cauces secos o estacionales de ríos que discurren por regiones cálidas y áridas o desérticas.
Hay numerosos uadis en la península Arábiga y en el norte del continente africano. Estos cauces pueden tener hasta más de cien metros de anchura; generalmente, sólo encauzan agua durante breves temporadas lluviosas –de horas, días o a lo sumo semanas de duración– que pueden ser de periodicidad anual o esporádicas e impredecibles, tanto en la época del año en que ocurren como en la cantidad de pluviosidad.
En estas regiones, la escasa vegetación es xérica, espinosa, de lento crecimiento y está limitada al entorno de los uadis. Si en el subsuelo o en la superficie de estos se almacena el agua, la vegetación puede tener un carácter más exuberante y originar un tipo de oasis, aunque la vegetación natural en estos, normalmente, es reemplazada por especies tales como: palma datilera, árboles frutales, hortalizas, hierbas forrajeras, a veces, plantadas por quienes habitan y usufructan el oasis.
Lo paradójico resulta que cuando la lluvia hace acto de presencia, puede ocasionar una tragedia, ya que basta una cantidad normal para que el arrastre de lodo y arena, convierta al wadi en una trampa mortal, como la de esta imagen.
Son imágenes del SINAI, en las que podemos apreciar la capacidad de arrastre de estos cauces del desierto.
De esto se pasa a esto otro y sin previo aviso en cuestión de... nada!!.
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